Hace unos 10 años me cargué una empresa que facturaba unos 850.000 euros al año y como podéis imaginar me daba para vivir bastante bien.
Yo pensaba que eso iba a durar para toda la vida o que pronto vendría alguna empresa del ibex35 a comprármela por una decena de millones de euros y me retiraría con casi 30 años. Pues nada más lejos de la realidad, en el plazo de poco más de año y medio, quebró.
Me gasté una cantidad de dinero exagerada en empleados y proyectos que no dieron sus frutos y cuando me quise dar cuenta la empresa estaba en números rojos. Tuve la suerte de que había hecho alguna cosa bien y me quedó un dinero personal que me garantizaba no pasar penurias durante algún tiempo y me dediqué a hacer un ejercicio profundo de reflexión y analizar por qué me había pasado, es ahí donde empieza el gran cambio en mi vida. Me di cuenta que a pesar de que yo vendía bastante bien y algunas personas en la empresa también, realmente no sabía el motivo de que esto fuese así. Es más cuando contrataba a nuevo personal, me fallaban porque no sabía cómo enseñarlos y cuando se me fueron las personas que mejor vendían en la empresa todo se fue al garete.
Desde entonces decidí que nunca gastaría un euro más en un empleado, si no sabía cómo formarlo en la actividad que iba a realizar y cómo dirigirlo para que estuviese contento y se quedase conmigo durante años. Me ponía el ejemplo de que había conseguido tener un gran camión y no me gasté casi nada en aprender a conducirlo. Así que en primer lugar quiero darte la enhorabuena porque estás haciendo una cosa mucho mejor de cómo la hice yo, formarte en ventas.
Desde entonces no he parado de aprender en técnicas de venta y dirección de equipos consiguiendo colocar varias franquicias como número uno en facturación