A la hora de lanzar un nuevo producto o servicio, como emprendedores, siempre corremos el riesgo de que que el lanzamiento sea un fracaso. Es decir, de que hayamos invertido un montón de tiempo, recursos y energía en crear el producto y preparar todo el lanzamiento y, finalmente, nadie se interese.
Bueno, es una posibilidad que está ahí. Puede ocurrir. Y si eres un emprendedor realmente apasionado y activo, tal vez ya te haya pasado varias veces, porque eso es señal de que estás haciendo cosas y de que los miedos no te paralizan. Ya sabes, el fracaso es el mejor indicador de acción. Quien jamás fracasa, es porque no está haciendo nada. Y evidentemente casi todos nuestros fracasos pueden convertirse en lecciones, de modo que dejarían de ser fracasos para ser pasos en nuestro aprendizaje. Pero no vamos a evitar la palabra fracaso porque hace que todo esté más claro. Si tu objetivo es tener ventas, y lo intentas pero no las tienes, eso es un pequeño fracaso puntual. Puedes sacar algo bueno de la experiencia, pero en lo que se refiere a tu objetivo (que eran, las ventas) puedes decir que tienes tu primer fracaso. Y no pasa nada. Fracasarás constantemente, forma parte del proceso.
Partiendo de ahí, lo que yo te quiero explicar ahora es cómo minimizar el riesgo de fracasar en el lanzamiento de tus nuevos productos físicos. Simplemente, porque así puedes ir un poco más a tiro fijo, y porque las victorias le sientan bien a nuestro nivel de motivación… y a nuestro bolsillo. Y para esto, vamos a seguir un paso a paso sencillo. Me gustaría que me acompañes en ese paso a paso y no sólo aprendas en qué consiste, sino que lo apliques. Paso por paso. Y no avances sin haber aplicado lo que ya has visto. ¿Te animas?